… Y, sin embargo, me parece como mucho más tiempo. Estoy muy acostumbrada a mi vida aquí, a FUPAR, a mi grupo, a los compañeros voluntarios 😉 (que son personas maravillosas, eso lo debo decir), al idioma… Y me encanta, la verdad.
Con los compañeros voluntarios como con los tutores, estamos creciendo juntos, compartiendo. Y eso es una de las partes más preciosas de estar aquí. Con la limitación de esas restricciones por el tema COVID, pasamos la mayoría de tiempo juntos con los compañeros, y por eso hemos creado un círculo muy cercano, íntimo. Un buen círculo de amigos sino de segunda familia 😊.
Por otro lado, me encanta lo que hago en FUPAR. Aunque la situación nos pone en un ambiente muy impredecible, logro encontrar mi sitio allí, por lo tanto, me siento adaptable. ‘Es lo que hay’; una frase que sale muchas veces cuando hablamos de la situación con participantes, voluntarios o tutores… Entonces es lo que hay y ya está, punto final 😉
Además, hay muchas ventajas que salen también de todo esto. Por ejemplo, el hecho de poder trabajar con un grupo de 7 a 10 personas cada día y una colega. Últimamente, compartimos mucho juntos y ellos me dan más confianza cada vez. Cuanto más tiempo paso con ellos y mi colega, más risas hay, más ideas de proyectos, más cosas compartidas, más recuerdos 😊. Y eso es lo más precioso para mí.
Sigo ayudando a mi colega a grabarles cuando hacen teatro, narración de cuentos que luego enviamos a unas escuelas de primaria. Hemos hecho La Cenicienta, Pulgarcito, otro que ha escrito mi colega. Y en este momento, uno que he tenido el privilegio de escribir yo. Es una historia sobre la Primavera (que está llegando poco a poco aquí). He escrito la historia y he dibujado a los personajes que serán marionetas. Los dibujos yo y los llevo para que ellos los pinten. Cada persona pinta su personaje – una oruga, un viejo árbol, el sol… Así que ellos también eligen sus personajes, como serán, qué colores tendrán, etc. La visión de ver a todos pintar los personajes que he creado, juntos con muchos colores y garabatos me hace muy feliz. Es como el resultado físico de compartir con estas personas, el fruto de todo este tiempo con el grupo. Así trabajamos todos juntos para desarrollar ese cuento. Con mi colega creamos disfraces de primavera para el cuento que enviamos a los niños y una coreografía también. Entonces en este momento en FUPAR, hago varias cosas; dibujos de los personajes, decorados y disfraces, así que muchas manualidades y ¡me encanta! Es una cosa que solo hacía en mi tiempo libre (dibujar especialmente) y además bastante raramente, entonces aprovecho mucho este aspecto de creatividad. Me aporta muchas cosas 😊
A continuación, estoy descubriendo otros aspectos súper interesantes de este mundo, como el Arte Terapia. Acompaño a una mujer de 35 años en mi grupo. Pensamos juntas e inventamos unos juegos de dibujo, como una carrera-laberinto de dominós, una sopa de letras o un juego de las siete diferencias. En este tiempo, aunque dure muy poco, compartimos mucho. Para mí es un momento privilegiado, en el que compartimos nuestros mundos de infancia, fusionamos nuestra imaginación juntas.
Entonces todo va evolucionando, nuevas puertas están abriéndose. Acabo de empezar a enseñar inglés individualmente a dos participantes de FUPAR, los cuales, a cambio me enseñan catalán o me ayudan a mejorar mi castellano. Poco a poco, tengo más espacio para dinamizar y dirigir mis actividades, mis juegos, proyectos pequeños. Poco a poco me siento más independiente y libre en lo que hago allí. En estos momentos me siento como parte del centro, a mi manera. Sigo dinamizando teatro/juegos de improvisación online con otros participantes, cada vez con más confianza y menos dificultades sino con ganas 😊
or fin puedo decir que es un momento ‘peak’ en mi experiencia en FUPAR, por lo menos, en el que me siento muy libre, muy cómoda y útil como nunca lo he sido. ¡Y disfruto un MONTÓN!