¡Hola a todas las lectoras y todos los lectores!
Para empezar voy a describirme un poco. Me llamo Anton, soy de Karlsruhe, una ciudad en el suroeste de Alemania. En este verano terminé mi bachillerato. Después de vivir 19 años en la misma ciudad con mi familia y mis amigos, quise abandonar un poco mi zona de confort y empezar una nueva aventura. Cuando iba a la escuela aprendí español durante tres años y comenzaba estar muy entusiasmado con la lengua castellana y la cultura de España. Sobre todo, conocí a algunas personas encantadoras durante dos intercambios escolares. Por eso decidí hacer un voluntariado en España. Después de buscar un poco, encontré La Víbria y me gustó mucho la filosofía de la organización, además el proyecto en Fupar era exactamente lo que quería.
La aventura empezó, con un mes retraso a causa del Coronavirus, a mitad de octubre. ¡Por suerte! A veces tuve dudas de que fuera a suceder porque la situación de Covid fue (y todavía es) muy dificil.
Mientras escribo este diario, ya hace un mes que estoy aquí y hasta ahora han pasado muchas cosas. Vivo aquí en un piso compartido con 3 personas muuuy amables y se siente un poco como una familia ya. Sobre todo, porque tuvimos mucho tiempo para conocernos, ya que después de una semana de llegar todos tuvimos que quedarnos en casa diez días porque estuvimos en contacto con una persona con covid. A pesar de que la situación fue muy difícil, la utilizamos bien para crear unión. Juntos con los compañeros del otro piso compartido somos un grupo muy animado y loco. Todos son muy diferentes y cada uno contribuye en algo diferente y especial en el grupo. Podemos aprender mucho de los otros y opino que somos un equipo estupendo.
El comienzo en el trabajo fue un poco dificil también. Al principio tuvimos que dejar de ir a trabajar porque estuvimos en cuarantena. Mientras tanto ellos tuvieron que cerrar algunas actividades en Fupar por la situación del virus. Entonces fue un poco complicado encontrar un ritmo de trabajo. Pero sabía que probablemente todo iba a cambiar de repente, así que me adapté a la situación. Después de un tiempo es más facil poco a poco encontrar el ritmo y acudir al trabajo.
Luego estaba otro problema: la lengua. Pensé que controlaba el castellano hasta cierto punto bien, pero los primeros días me llevé una gran sorpresa. A veces no podía entender casi nada. Eso me ponía bastante nervioso y no daba abasto con la lengua… Así que de momento ya he aprendido que: Al principio es normal que no se entienda mucho. Pero: En primero lugar, todo el mundo hace un esfuerzo por entenderte y, segundo, también es posible comunicar sin hablar, con gesticulación y lenguaje corporal. Además, desde el inicio se mejoran los conocimientos del idioma muy rápido. A propósito, quiero presentar un poco Fupar: es una fundación para personas con discapacidades intelectuales y corporales. Allí yo acompaño grupos en diferentes actividades de ocio. Por ejemplo, jugamos mucho a petanca, fútbol, ping pong y baloncesto. Evidentemente, yo participo mucho en las actvividades deportivas. En definitiva, la tarea hasta ahora es entrar en contaco con los participantes y apoyarlos para ser activos.
Unos momentos álgidos hasta ahora:
Después de la cuarentena Coline, Giorgia y yo fuimos a Barcelona enseguida. Estabamos entusiasmados con la ciudad, es maravillosa (sobre todo en comparación con Terrassa :D). Disfrutamos del ocaso descalzos con una cerveza en la playa. ¡¡En octubre!!! ¡Increíble!
En general, el tiempo es estupendo aquí. Mientras que en Alemania llueve todos los días y hace frío, solo hemos tenido tres días de lluvia este último mes y durante el día puedo ir en camiseta.
Además, hay mucho por explorar aquí. Parece que la ciudad vive y los movimientos políticos son importantes. ¡Se pueden ver muchos grafitis políticos bonitos y de carácter informativo!

Pues eso es más o menos lo más importante de mi primer mes aquí, voy a informar más la proxima vez. ¡¡Hasta pronto!!